Cuidado. Si los pezones masculinos te ponen a mil, si esa parte de tu(s) hombre(s) te lleva a lo más sublime del placer amatorio, si tu respiración se corta cada vez que un suculento pectoral se aproxima a tu boca, y si sabes que al ver esos velludos montes rosados comprendes que son tu mayor debilidad..., con esta galería podrías sucumbir (al menos un poquito).
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