Sí, sé que es un tema recurrente en este blog, pero no lo puedo evitar. Los pezones son de mis lugares favoritos. Para todo, para mirar, acariciar, tocar, frotar, chupar, lamer, masticar, morder, y todo lo que dé la imaginación. Como no podría ser de otra manera, todo lo que me gusta hacer en los pezones ajenos es lo que me gusta sentir en los míos. Cuanto más dedicación se pone en ellos, más placer se siente, habilitando cada vez más intensas percepciones y entrenando las erecciones más inmediatas que, con tan sólo un leve roce, se manifiestan expectantes. Los pezones merecen que se les haga el amor sólo a ellos, podrían tener esa exclusividad porque como receptores de goces indecibles, son verdaderamente capaces hasta hacernos sentir algo muy semejante a un orgasmo.Disfrutemos estos bellos pezones, los últimos de 2020:
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Una galería de pezones
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